Los machos, son sexualmente activos a partir del mes de edad y las hembras, comienza a ser fértil alrededor de los 70 días desde su nacimiento, teniendo el celo durante las 10 primeras horas (aunque se conocen casos de hembras que han quedado preñadas con tan solo 30 días)
El celo se repetirá cada dieciséis - diecinueve días (si no está preñada) durante el resto de su vida.
Para poner a criar a nuestras cobayas, es recomendable que el macho tenga por lo menos seis meses de edad, 600 o 700 gramos mínimo y una salud buena y fuerte, ya que esto los desgasta mucho.
Respecto a las hembras, debemos esperar a que tenga al menos siete u ocho meses de edad y un peso superior a 700 gramos, para poder llevar el embarazo bien.
Aun sabiendo esto, debemos hacer hincapié en la necesidad de que la hembra esté sana y no sea demasiado pequeña o joven, lo cual añadiría un riesgo adicional al embarazo, podría retrasar su crecimiento, fatigarla y dar bebés pequeños y débiles.
Es recomendable que el primer embarazo sea antes de los 12 meses de edad mientras su pelvis aún está sólo parcialmente unida. El proceso de parto es entonces más ligero debido a la desunión de los huesos.
Es muy importante que las dos cobayas (macho y hembra) no tengan lazos sanguíneos, ya que la consanguinidad produce problemas muy graves en los bebés, sobre todo conforme van pasando generaciones y se sigue criando con consanguinidad. Si tienes sospecha de que tus cobayas son familia, lo mejor es que no las cruces.
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